¡Acuérdate de tus pecados y del juicio futuro!
Acuérdate que morirás cuando menos lo esperes y que deberás dar cuentas de todo lo que has hecho. Dirige tu mente, pues, a las puertas del Cielo y hasta que te llegue ese momento final pídele a Dios que te las abra cuando abandones este cuerpo, y que te reciba en los jardines eternos.
Acuérdate, hombre, que mañana verás los Cielos y los ángeles, cuando estés frente al Juicio de Dios.
Dirige tu mente, pues, a las puertas del Cielo y hasta que te llegue ese momento final pídele a Dios que te las abra cuando dejes este cuerpo, y que te reciba en los jardines eternos.
Que tu cuerpo se arrodille, mientras tu alma vuela altamente, orando ante el Señor..
Acuértdate de tus pecados y del Juicio futuro, olvidándote de esta vida pasajera y vacía, cuidando constantemente de lo que habrá de venir.
Acuérdate que luchas en contra de un león y un mounstro, y no dejes nunca de oponérteles..
Acuérdate cuánto has entristecido a Dios con tus obras, con tus palabras y pensamientos, y arrepiéntete.
Acuérdate que morirás cuando menos lo esperes y que deberás dar cuentas de todo lo que has hecho.
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Patericul Lavrei Sfântului Sava, Editura Egumenița, 2010, pp. 146-147)