¿La muerte es un final o un principio?

—La muerte significa pasar a algo distinto; por eso es que a lo perecedero se le llama también “pasajero” o “transitorio”, y debe ser sometido a lo que no perece, a lo que no muere.

Dice el Paterikón que dos cristianos que trabajaban en el bosque, un día, después de una jornada de arduo trabajo, lograron derribar un gran árbol. Uno de ellos dijo: “Así es la vida del hombre: vivimos, bregamos, finalmente viene la muerte y nos derriba como a este árbol, y después no queda nada de nosotros”. El otro respondió: “No, hermano, no es así. Solo después de haber derribado el árbol veremos si es bueno para la construcción, o para hacer muebles, o para fabricar instrumentos musicales, o simplemente para ser arrojado al fuego. Esto es exactamente lo que pasa con el hombre: Dios lo mide y lo evalúa en el tiempo que considera propicio, y lo prepara para cosas nobles, o lo arroja al fuego eterno. El hombre se prepara para la vida eterna durante su paso por este mundo donde todo es pasajero. El que no pase por la muerte no podrá obtener la vida que no muere jamás”.

(Traducido de: Adrian alui Gheorghe, Părintele Iustin Pârvu, o misiune creștină și românească, Editura Doxologia, Iași, 2013, p.154)