Es muy conocido el aforismo del Beato Agustín: “Ama y haz lo que quieras”. Esto significa, en otras palabras, “Ama a Dios y haz lo que quieras”. Estas palabras podrían servir muy bien como lema para los adolescentes y quienes trabajan con jóvenes para guiarlos en el camino cristiano. El amor de Dios es un seguro y una garantía de contrición, sea cual sea nuestra falta. Un niño que ama a Dios se halla más protegido que uno que, teniendo su libertad muy limitada, se rebela contra Él.

Una chica le preguntó un día a su padre cómo debía bailar (al ser invitada a alguna fiesta). El padre le respondió: “Baila para sentirte bien. Pero siéntete bien, de manera que, al volver a casa, en tu habitación, seas capaz de alzar la mirada al ícono de Señor y agradecerle, sin sentir vergüenza por algo que hayas hecho.”

(Traducido de: Maica Magdalena, Sfaturi pentru o educație ortodoxă a copiilor de azi, Editura Deisis, Sibiu, 2006, pp. 105-106)