«¡Anímate! ¡Mira con alegría a los ojos de la enfermedad! Eso sí, primero tienes que renunciar a dejarte llevar por las figuraciones… Si sigues con ellas, cualquier clase de cosas vendrán a tu mente… Discutirás con todo el mundo… tu cabeza se llenará de ideas… pero después todo pasará.

¡Permanece en calma! Piensa que podrías haber encontrado algún peligro mucho más serio y que Dios te ha librado de él, enviándote la enfermedad que ahora enfrentas… Agradécele al Señor y síguele pidiendo que te ayude a sanar. Todos esos pensamientos que quieren llevarte a la desesperanza son completamente innecesarios. Quien está detrás de ellos es el maligno, buscando la forma de perturbarte. No le obedezcas. Tú sigue confiando en que la enfermedad proviene de Dios y es por tu propio bien, y pronto pasará… Y, cuando estés sano, podrás servirle a Él como antes».

(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Boala și moartea, traducere de Adrian și Xenia Tănăsescu-Vlas, Editura Sofia, București, 2007, pp. 12-13)