Palabras de espiritualidad

¡Aprendamos a reconocer nuestra debilidad y nuestro estado de pecadores!

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Solamente el que está sano y libre de pasiones puede instruir a otros, porque, ¿de qué le sirve a alguien construir la casa de otro, mientras derriba la suya?

Dijo el abbá Pimeno:

—Solamente el que está sano y libre de pasiones puede instruir a otros, porque, ¿de qué le sirve a alguien construir la casa de otro, mientras derriba la suya? (...)

Alguien le preguntó:

—¿Cuánto sufrió el abbá Nistero por su discípulo?

Respondió el abbá Pimeno:

—Si hubiera sido yo, le habría colocado una almohada debajo de la cabeza.

Le dijo el abbá Anuv:

—¿Y qué le habrías dicho a Dios?

Le respondió el abbá Pimeno:

—Seguramente, estas palabras: “Tú dijiste: saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano” (Mateo 7, 5).

En otra ocasión, dijo el abbá Pimeno: “El hambre y el sueño nos impiden ver el mal que nos acecha”.

(Traducido de: Patericul, ediția a IV-a, revizuită, Editura Reîntregirea, Alba-Iulia, 2004, p. 198)