Aunque no lo creamos, en nuestro interior perviven las pasiones
“En nuestra alma se ocultan pasiones muy perniciosas, que emergen cuando las circunstancias les son favorables”.
Otra preocupación de los Santos Padres es la forma en que percibimos la presencia de las pasiones en nosotros. Estos piadosísimos ascetas, dotados con el don de poder discernir el origen de los pensamientos, analizan los movimientos de nuestra alma, ayudándonos a corregirnos. Hay también otra modalidad de sentir la presencia y el movimiento de las pasiones en nuestra alma, evidenciada por la forma como reaccionamos cuando alguien nos reprocha algo, o cuando somos criticados por otro: si nos enfadamos, es que “hemos sido conquistados por dicha pasión” (Abbá Doroteo).
En otras palabras, ese enfado demuestra tanto la presencia de las pasiones, como su comisión voluntaria por nuestra parte. San Talasio precisa que “en nuestra alma se ocultan pasiones muy perniciosas, que emergen cuando las circunstancias les son favorables”.
(Traducido de: Mitropolitul Hierotheos Vlachos, Psihoterapia ortodoxă: știința sfinților părinți, traducere de Irina Luminița Niculescu, Editura Învierea, Arhiepiscopia Timișoarei, 1998, p. 304)