No es para nada fácil alcanzar la paz en nuestro mundo moderno, tan agitado y ruidoso. En verdad, se requiere de un esfuerzo extraordinario. Así, si deseamos ayudar a nuestros hijos a alcanzar la paz interior, debemos alcanzarla antes nosotros mismos, cerrando las puertas de nuestro corazón, con tal de aislarnos del bullicio que nos rodea.

La mayoría de madres, por ejemplo, de hijos pequeños, desearían tener algunos momentos de paz y serenidad. ¿Cómo resolver esta inquietud?

En primer lugar, es necesario que cada madre prepare a su familia para que acepte la idea que ella necesita un tiempo diario de sosiego, sea temprano por la mañana, sea para practicar alguna actividad deportiva —si tiene con quién dejar a sus hijos—, sea por la noche. Para esto se necesita del acuerdo del otro cónyuge, quien debe estar dispuesto a asumir las obligaciones maternas durante ese tiempo.

(Traducido de: Elizabeth White, Cum îndrumăm copilul în viața duhovnicească, traducere din limba engleză de Luminița-Irina Niculescu, ediția a II-a, revizuită, Editura Sophia, Bucureşti, 2012, p. 58)