Cada uno debe empezar su propia conversión
Cada uno debe empezar consigo mismo, porque nuestra forma de vida habla más que nuestras palabras.
¡Es increíble la forma en que nos atormentamos solos! ¡Sin embargo, al humilde ya puedes golpearlo, que lo único que le dolerá será la forma en que tú mismo te castigas! Los realmente humildes son pocos en este mundo, pero es para ellos que brilla el sol. Esta es la bendición de Dios para sus hijos más pequeños. Por eso, esforcémonos en tener buenos pensamientos y buenos deseos. Que no se nos olvide que en esta vida cosechamos los frutos de nuestros pensamientos y anhelos. Y nadie más es culpable, solamente nosotros. El problema es que siempre empezamos desde afuera, queriendo corregir a los demás, pero nunca empezamos con nosotros mismos. Cada uno debe empezar consigo mismo, porque nuestra forma de vida habla más que nuestras palabras.
(Traducido de: Stareţul Tadei de la Mănăstirea Vitovniţa, Pace şi bucurie în Duhul Sfânt, Editura Predania, p. 107-108)