—Padre, ¿cómo debemos hacer las postraciones?

—Es bueno hacer postraciones completas. Es decir, después de cada postración, levántate completamente. De esta manera le estás ofreciendo a Dios una posternación más grande y es más fácil para el cuerpo. De igual manera, cuando pongas tus manos al llegar al suelo, no lo hagas con ellas abiertas, porque te puedes dañar los tendones, sino mejor cierra los puños y apóyalos con la parte exterior. Y para que no te lastimes las manos, haz tus postraciones sobre alguna alfombra suave.

(Traducido de; Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovniceşti, Vol. VI Despre rugăciune, Editura Evanghelismos, București, 2013, p. 74)