El casamiento cristiano significa unidad y auxilio recíproco en las cosas materiales y en las espirituales, en las pasajeras y las eternas.

Por eso, la unidad en la fe, en la forma de vida y una escala de valores comunes tienen una importancia primordial para los esposos. Existe una forma de soledad, cuando la persona no tiene familia. Pero también existe otra y trágica clase de soledad, aún viviendo en familia, cuando uno de los esposos se vuelve un extraño para el otro. Por eso, debemos fijarnos, ante todo, no en la belleza física, sino en la belleza espiritual. La palabra cónyuge, desde un punto de viste etimológico, nos describe a dos bueyes unidos por el mismo yugo, lo cual no necesita mayor explicación.

(Traducido de: Arhimandrit Rafail Karelin, Învățături despre taina căsătoriei, traducere din limba rusă de Corina-Alexandra Toader, Editura Sophia, București, 2013, p. 14)