Cómo espera Dios que lo amemos
Quien dice “amo a Dios”, pero no guarda Sus mandamientos, es un mentiroso.
Debes amar a Dios con toda tu virtud, para agradarle con todos tus actos. Si el esposo hace todo lo posible por agradar a su mujer, el monje debe esforzarse aún más en ser agradable a Cristo. “Quien guarda Sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él” (Juan II, 24). Dios no quiere que lo amemos con palabras, sino con el corazón puro y nuestras buenas acciones.
Quien dice “amo a Dios”, pero no guarda Sus mandamientos, es un mentiroso. Tal persona se engaña a sí misma, porque Dios no ve las palabras, sino los corazones. Él ama a quienes le sirven en la simplicidad de su corazón.
Si por nuestros padres sentimos un amor inconmensurable, aunque no hayan hecho gran cosa por nosotros, ¡mucho más debemos amar a nuestro Padre Celestial!
(Traducido de: Sfântul Vasile cel Mare, Învățătură către fiul duhovnicesc, traducere de I. Popa, Editura Mitropolia Olteniei, Craiova, 2007, p. 19)