Palabras de espiritualidad

Cómo explicar las pruebas y tentaciones

  • Foto: Bogdan Zamfirescu

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Translation and adaptation:

Dice el divino Apóstol: “Si no conocieran la corrección, que ha sido la suerte de todos, serían bastardos y no hijos”. (Hebreos 12, 8)

Así como el cáñamo, si no es golpeado una y otra vez, no es útil ni resistente, o así como una vasija nueva no serviría para nada si antes no pasa por el calor del horno, o así como un recién nacido no es capaz de hacer nada de las cosas de este mundo, como construir, sembrar o cosechar, lo mismo pasa usualmente con las almas.

Aunque hayan recibido el don divino y, por su candor, estén llenas —gracias a la bondad de Dios— de confianza en la dulzura y el descanso del Espíritu, si no son puestas a prueba por los espíritus impuros, podrían verse sometidas por éstos y hacerse indignas del Reino de los Cielos.

Porque dice el divino Apóstol: “Si no conocieran la corrección, que ha sido la suerte de todos, serían bastardos y no hijos”. (Hebreos 12, 8)

(Traducido de: Sfântul Simeon Metafrastul, Parafrază în 150 de capete, cap. 130, în Filocalia, vol. X p. 343-344)