¿Cómo hacer que nuestros hijos dejen de mentir?
Cultivando en el corazón de nuestros hijos el respeto y el amor por la verdad, debemos luchar con todas nuestras fuerzas en contra de la mentira. Enseñémosles, desde la edad más frágil, a odiar la mentira, a conocer el hecho que Dios es Verdad y que toda mentira es pecado.
Si desean que sus hijos amen la verdad, la sinceridad y la honestidad, esfuércense primero ustedes mismos en demostrárselo, sobre todo con su propia fe y comportamiento. Así, eviten la mentira, la hipocresía, el servilismo y la malicia. Sean sinceros, dignos y creíbles en todas sus manifestaciones. Cultivando en el corazón de nuestros hijos el respeto y el amor por la verdad, debemos luchar con todas nuestras fuerzas en contra de la mentira. Enseñémosles, desde la edad más frágil, a odiar la mentira, a conocer el hecho que Dios es Verdad y que toda mentira es pecado. Los niños deben llegar a evitar mentir, no porque teman un castigo, si son descubiertos, sino porque Dios condena la mentira y no la soporta.
Demuéstrenles, con las palabras de las Santas Escrituras, lo desagradable que es la mentira ante los ojos del Verdadero y Justo Dios: “La costumbre de mentir desacredita a cualquiera, es una vergüenza que no te dejará.” (Sirácides 20, 27). Enséñenles que la mentira es inspirada por el maligno y que por eso el Señor dijo que aquel es “mentiroso y padre de la mentira” (Juan 8, 44). (...)
(Traducido de: Irineu, Episcop de Ecaterinburg și Irbițk, Mamă, ai grijă!, Editura Egumenița, pp. 41-42)