¿Cómo podemos permanecer en Dios?
¡“Ser”, con mayúsculas, consiste en “ser” en Dios! ¡Estar dispuesto de corazón y absolutamente, a dirigirte verticalmente, como una columna infinita apuntando al corazón de Dios!
“Ser” o “no ser” es ciertamente una pregunta esencial, absoluta. Durante siglos ha sido planteada esta interrogante y seguirá haciéndose mientras exista al menos un sólo hombre en este mundo, quien se dirigirá a Dios para consolar su humana debilidad. “Ser” en Dios consiste en permanecer en Dios.
¡Podría plantearse también el problema de “ser”, el de existir como entidades, aquí en la tierra, “ser” por mandato y debido al amor de Dios... “ser” personas! ¡Puede existir también la posibilidad de “ser” para los demás, “ser” útil, “ser” en comunión de amor! ¡Cuán necesario es “ser” en esa dirección, horizontal!
¡Pero “Ser”, con mayúsculas, consiste en “ser” en Dios! ¡Estar dispuesto de corazón y absolutamente, a dirigirte verticalmente, como una columna infinita apuntando al corazón de Dios!
(Traducido de: Înaltpreasfințitul Calinic Argatu, Traista cu stele, Editura Episcopiei Argeșului și Muscelului, Curtea de Argeș, 2005, p. 36)