Palabras de espiritualidad

¿Cómo proteger nuestro matrimonio del ímpetu irracional?

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Para el hombre de familia, la paz es el valor más grande que pueda existir, aunque sea demasiado frágil, demasiado fácil de destruir. Por eso, en los momentos difíciles de la vida, cuando la barca de la vida amenaza con volcarse, es importante recordar cuáles son los aspectos más importantes: la paz, el amor y la relación con los más cercanos a nosotros.

“Jamás amarás tanto a los que te rodean, como cuando existe el riesgo de perderlos” (Anton Chejov).

Recuerdo que no hace mucho, en las carreteras más transitadas comenzaron a aparecer ciertas carteleras enormes, que no eran anuncios, sino una especie de advertencias. En ellas se veía la fotografía de una mujer junto a dos niños pequeños, con la leyenda, “¡Ellos te esperan en casa!”. El objetivo de estos rótulos era exhortar a los pilotos a ser más prudentes al conducir, subrayando que, en caso de accidente, los que más sufren son los seres queridos, sobre todo cuando se pierden vidas humanas. Tal clase de advertencia es como un “freno psicológico”, previniendo que los automovilistas cometan gestos absurdos y que violen las normas de tránsito.

De igual manera, en la vida familiar deben existir tales señalizaciones, cual sistema de frenos y contrapesos, para protegerla de cualquier arranque o gesto irracional. Para el hombre de familia, la paz es el valor más grande que pueda existir, aunque sea demasiado frágil, demasiado fácil de destruir. Por eso, en los momentos difíciles de la vida, cuando la barca de la vida amenaza con volcarse, es importante recordar cuáles son los aspectos más importantes: la paz, el amor y la relación con los más cercanos a nosotros.

(Traducido de: Pr. Pavel Gumerov, Conflictele familiale: prevenire și rezolvare, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, București, 2013, p. 95) 

 

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