¿Cómo te presentas ante la Madre del Señor para pedirle su auxilio?
No presentarte con fe cuando elevas tus oraciones a ella sería caer en la falsedad y también una falta de respeto, porque esa desconfianza estaría difamando su bondad, tal como es difamada la bondad de Dios cuando no crees que recibirás de Él lo que le pides con tus plegarias.
Cuando te presentes ante la Reina, la Madre de Dios, confía con todo tu ser, ya desde antes de empezar a orar, que no te quedarás sin recibir su piedad. Esto es lo que debes pensar todo el tiempo, porque ella es la Madre Muy Misericordiosa del Clementísimo Dios-Verbo, y de su infinita piedad dan testimonio todos los siglos de la historia de la humanidad y todo el cristianismo.
En verdad, ella es “abundancia de misericordia y bendiciones”, como decimos en el Canon a la Odighitria (canto 5, verso 1). Por eso, no presentarte con fe cuando elevas tus oraciones a ella sería caer en la falsedad y también una falta de respeto, porque esa desconfianza estaría difamando su bondad, tal como es difamada la bondad de Dios cuando no crees que recibirás de Él lo que le pides con tus plegarias. ¿Cómo te acercas a pedir el auxilio de alguien que sabes que es muy poderoso y tiene los medios para darte lo que necesitas, además de ser una persona muy compasiva con todos los que le rodean? Usualmente, con toda la convicción y la esperanza de que te dará lo que vas a pedirle. Lo mismo tienes que hacer al orar: hazlo sin dudar, sin vacilar.
(Traducido de: Sfântul Ioan de Kronstadt, Viaţa mea în Hristos, Editura Sophia, p. 42)