¿Cómo trabajar nuestra salvación?
¿En qué consiste la deificación del hombre? En vivir tal como vivió el Señor, apropiándonos de los pensamientos y los sentimientos de Cristo, especialmente los de Sus últimos momentos de vida terrenal.
Debemos orientarnos a Dios Mismo, a Su Persona, a lo más excelso y sublime, para darle un impulso eterno a nuestro cuerpo, que tiende a inclinarse a la dejadez.
¿Cómo trabajar nuestra salvación? ¿Cómo hacer que nuestro cuerpo se vuelva imperecedero, cómo librarnos del sometimiento del pecado y del poder de la muerte? He aquí cuál debe ser nuestra preocupación de cada momento, cada vez mas fuerte, más viva. La vida es muy corta y nuestro propósito es realmente magno, aunque nos parezca lejano. Para la Iglesia Ortodoxa, la salvación del hombre significa su deificación.
Es nuestro deber aprender a vivir la vida eterna de Dios Mismo. ¿En qué consiste la deificación del hombre? En vivir tal como vivió el Señor, apropiándonos de los pensamientos y los sentimientos de Cristo, especialmente los de Sus últimos momentos de vida terrenal.
Después de la caída, el hombre se convirtió en un campo de batalla entre Dios y el maligno. La semilla que Satanás arrojó en la mente y el corazón de Adán —la idea de ser dios, pero sin Dios— penetró tan profundamente en nuestro ser, que todo el tiempo nos hallamos bajo el dominio del pecado.
(Traducido de: Arhimandritul Sofronie, Din viață și din Duh, Editura Reîntregirea, Alba Iulia, 2014, p. 14)