Actualmente, la industria de la mentira se ha desarrollado enormemente.

La mentira vino al mundo al mismo tiempo que la verdad. El hombre debe enfrentar esta prueba y saber elegir. Si eliges la verdad, eliges la vida. Si eliges vivir en la mentira, te sometes al dominio del maligno. Con cada mentira que dice, el hombre se aleja un poco más del Paraíso. Incluso Adán quiso mentirle a Dios cuando fue sorprendido pecando.

Si al hombre le quitas la droga de la mentira, empezará a sentirse desorientado y a sufrir mucho, y te pedirá que le sigas mintiendo. ¿No nos gusta la conducta de los niños y jóvenes de nuestros días? ¿Pero quién los pone ante el televisor, quién les enseña a sentarse todo el día ante la pantalla —llena de mentiras—- del ordenador y las películas…? Tenemos lo que hemos criado, tenemos el fruto que hemos sembrado...

El mentiroso habla solamente con mentiras. Es como el ladrón... El ladrón no le teme a que le roben. Al contrario, el hombre honrado es aquel que conoce el verdadero propósito de la sociedad.

(Traducido de: Părintele Iustin Pârvu, Daruri duhovniceşti, Conta, 2007, pp. 80-81)