Conocer al Señor por medio del Espíritu Santo
Tanto en los Cielos como en la tierra, el Señor puede ser conocido por medio del Espíritu Santo y no a través de cualquier otra forma de conocimiento.
Si quieres saber cuánto nos ama el Señor, aprende a odiar el pecado y los malos pensamientos, y ora desde lo profundo de tu corazón día y noche; entonces, el Señor te dará Su Gracia y lo conocerás por medio del Espíritu Santo. Y, después de morir, cuando llegues al Paraíso, también allí conocerás al Señor por medio del Espíritu Santo, tal como lo conociste en la tierra. Tanto en los Cielos como en la tierra, el Señor puede ser conocido por medio del Espíritu Santo y no a través de cualquier otra forma de conocimiento.
Incluso los niños más pequeños, quienes aún no han aprendido nada, conocen al Señor por medio del Espíritu Santo (Mateo 11, 2). San Juan el Bautista sintió, estando todavía en el vientre de su madre, la llegada del Señor (Lucas 1, 14). San Simeón del Monte Milagroso era un niño de apenas siete años cuando el Señor se le reveló y lo conoció. El venerable Serafín tenía veintisiete años cuando el Señor se le apareció durante la Divina Liturgia. Y el justo Simeón se hallaba en la vejez más avanzada cuando conoció al Señor y lo tomó en sus brazos. (Lucas 2, 25). Como podemos ver, el Señor busca la manera de acercarse a nosotros para confortar nuestra alma.
(Traducido de: Cuviosul Siluan Athonitul, Între iadul deznădejdii și iadul smereniei, Editura Deisis, p. 139)