Consejos para un sacerdote joven, sobre la expulsión de espíritus impuros
Si el sacerdote carece de la sensibilidad y experiencia necesarias, él mismo podría salir perjudicado.
Cuando el sacerdote practica un exorcismo, se dirige directamente al demonio y, con su autoridad sacerdotal, le ordena salir. Pero, si carece de la sensibilidad y experiencia necesarias, él mismo podría salir perjudicado. Es mejor y más correcto que ore en el contexto de la Divina Liturgia, los Sacramentos y la práctica de oras oraciones, para que el Señor le envíe Su Gracia al que está sufriendo.
Así, la Gracia cubre al enfermo, a semejanza del rocío, y el sacerdote ya no corre el riesgo de ser atrapado en la trampa de alguna tentación o de caer en algún engaño. Con esto no estoy diciendo que no deba hacerse oraciones de exorcismo por aquellos que ya no se pueden ayudarse a sí mismos de ninguna manera, sino que se hagan, pero con mucho discernimiento y en silencio.
(Traducido de: Părintele Porfirie, Antologie de sfaturi și îndrumări, traducere din limba greacă de prof. drd. Sorina Munteanu, Editura Bunavestire, Bacău, p. 212)