En determinadas enfermedades los médicos prescriben un tratamiento mucho más estricto, con muchos y distintos medicamentos. En tales casos, sin duda, tienes que beber la mayor cantidad de agua posible.

La fe, sin embargo, es el medicamento más seguro para el alma, eso sí, solamente cuando se consume en la mayor medida posible. ¡Cree tanto como puedas! 

(Traducido de: Sfântul Nicolae Velimirovici – Învăţături despre bine şi rău, Editura Sophia, Bucureşti, 2006, p. 74)