Palabras de espiritualidad

Cristo nace en el pesebre de nuestra alma

  • Foto: Stefan Cojocariu

    Foto: Stefan Cojocariu

Debemos guardar siempre un lugar para Cristo, tener el pesebre siempre preparado y un buen estado en nuestros pensamientos, para poder recibir a nuestro Señor Jesucristo en el alma.

Aquello que tuvo lugar en el Nacimiento de nuestro Señor Jesucristo sigue ocurriendo hoy, pero no en la gruta de Belén, sino en la de nuestra existencia: Su nacimiento en nuestra alma, en el portal de nuestro corazón, en el palacio de la Trinidad.

Nuestra alma es una gruta a la que puede venir nuestro Señor Jesucristo, porque es el palacio de la Trinidad. Y no sólo Él viene, sino también Dios Padre y el Espíritu Santo; la Santísima Trinidad viene y hace Su morada en todos los que hemos sido bautizados.

Ciertamente, la Santísima Trinidad puede tener alojamiento en nuestra existencia, en nuestro sentir, en nuestra vida entera. Por eso es que debemos guardar siempre un lugar para Cristo, tener el pesebre siempre preparado y un buen estado en nuestros pensamientos, para poder recibir a nuestro Señor Jesucristo en el alma.

(Traducido de: Arhimandrit Teofil Părăian, Sărbători fericite! Predici la praznice şi sărbători, Editura Agaton, Făgăraş, 2005, p. 22)