Cuando Dios desciende a nuestro corazón…
Lo más importante es que el Señor inspire nuestra lucha por la salvación. Cuando esto tiene lugar, toda nuestra vida se llena de luz y alegría. Y los demás detalles pasan a un segundo plano.
Como cristianos, no podemos vivir sin inspiración. Si un artista, uno verdadero, vive día y noche su arte, nosotros, los cristianos, tenemos que hacerlo mucho más. Tenemos que superar el tesón de los artistas, para vivir en el Espíritu del Evangelio.
Lo más importante es que el Señor inspire nuestra lucha por la salvación. Cuando esto tiene lugar, toda nuestra vida se llena de luz y alegría. Y los demás detalles pasan a un segundo plano.
No nos podemos deificar solamente con nuestro propio esfuerzo. La deificación ocurre cuando Dios viene a morar en nosotros, y no por nuestros propios medios. En este punto, la imaginación representa un gran peligro. Tenemos que estar atentos a no asumir que alcanzar este propósito es algo muy sencillo. En cambio, para Dios todo es posibles. Él puede descender sobre nosotros incluso cuando yacemos en nuestro lecho, en el peor estado de debilidad.
(Traducido de: Arhimandritul Sofronie, Din viață și din Duh, Editura Reîntregirea, Alba Iulia, 2014, p. 31)