Cuando entendemos las disposiciones de Dios, se fortalece en nosotros el amor al prójimo
En un alma así resuena la voz de la humildad, que le señala todos sus pecados y les da la razón a sus semejantes, como herramientas de la íntegra Providencia de Dios.
La visión de la Providencia Divina forma en el alma una profunda mansedumbre y un inmutable amor al prójimo, resistente a cualquier tormenta y a cualquier agitación. Para un alma así, no existen los insultos, ni las ofensas, ni los perjuicios: el ser entero obra bajo las órdenes o el permiso del Creador. La criatura es solamente una herramienta ciega. En un alma así resuena la voz de la humildad, que le señala todos sus pecados y les da la razón a sus semejantes, como herramientas de la íntegra Providencia de Dios.
(Traducido de: Sfântul Ignatie Briancianinov, Cuvinte către cei care vor să se mântuiască, traducere de Adrian și Xenia Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, Bucureşti, 2000, p. 51)