Palabras de espiritualidad

Cuando nuestra oración abarca a todos nuestros semejantes…

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

La oración verdadera concentra la mente en el corazón, y una vez la mente se une con el corazón, domina al ser entero del hombre y lo vuelve por completo hacia Dios.

La oración verdadera concentra la mente en el corazón, y una vez la mente se une con el corazón, domina al ser entero del hombre y lo vuelve por completo hacia Dios. Entonces, el hombre es capaz de cumplir de forma debida con el primer mandamiento: amar a Dios con todo su corazón, con toda su mente, con todo ser (cf. Mateo 22, 37).

Cuando lo ames de esta forma, recibirás el Espíritu Santo. Recibirás el Espíritu Santo en abundancia y abrazarás al mundo entero con tu mediación, cumpliendo así el segundo mandamiento: amar a tu prójimo como a ti mismo (cf. Levítico 19, 18, Mateo 22, 39), porque tu semejante se convertirá en el objeto de tu corazón.

(Traducido de: Arhimandritul Zaharia ZaharouLărgiţi şi voi inimile voastre!, Editura Reîntregirea, Alba Iulia, 2009, p. 259)