Dar lo que queremos recibir
Esta es una regla de oro que nadie puede tergiversar: lo que quieres que te hagan los demás, hazlo también tú, porque así es como avivamos el amor al prójimo y la justicia de Dios.
Yo no quiero que nadie murmure en contra mía… Luego, ¡tampoco yo debo murmurar en contra de los demás! Yo no quiero que nadie se convierta en mi enemigo… Entonces ¡tampoco yo debeo hacerme enemigo suyo! Yo no quiero que venga alguien a robar lo que hay en mi huerto o en mi viñedo… ¡tampoco yo debo robar lo que es de los demás! Yo no quiero que nadie se burle de mi hijo en público; tampoco yo debo hacerlo. Yo no quiero que los demás me ignoren, sino que me digan “¡Buenos días!”, me respeten y me muestren cortesía… ¡lo mismo debo hacer yo!
Esta es una regla de oro que nadie puede tergiversar: lo que quieres que te hagan los demás, hazlo también tú, porque así es como avivamos el amor al prójimo y la justicia de Dios.
(Traducido de: Ne vorbește Părintele Cleopa 8, Ediția a III-a, Ediție îngrijită de Arhimandrit Ioanichie Bălan, Editura Mănăstirea Sihăstria, Vânători-Neamț, 2010, p. 113)