Palabras de espiritualidad

De cómo debemos vivir el misterio de la lucha espiritual

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Cuando perdamos la Gracia, no hagamos nada especial. Sigamos con nuestra vida y nuestra lucha, en paz, con sencillez, hasta que, sin hacer ruido, vuelvan a nosotros el amor y la añoranza de Cristo.

Así es como debemos luchar en la vida espiritual: simplemente, serenamente, sin forzar nada. Esta es la forma más santificada de la vida espiritual; pero no es posible aprenderla fácilmente, ‟de memoria”. Es algo que debe llegar a lo más profundo de nuestro ser, de manera que nuestra alma lo abrace por medio de la Gracia. Sin embargo, muchas veces, aunque lo queremos alcanzar, el maligno se entera de esto y nos lo impide. Es entonces cuando debemos poner en práctica aquello de que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu mano derecha” (Mateo 6, 3). Cuando lo quieres con vehemencia, cuando apremias las cosas espirituales, la Gracia no viene. Mas esta vendrá “el día y la hora menos pensada” (Mateo 24, 50; Lucas 12, 46). Todo esto es un misterio que no puedo explicar. Lo mismo me ocurrió a mí en Patmos.

Cuando perdamos la Gracia, no hagamos nada especial. Sigamos con nuestra vida y nuestra lucha, en paz, con sencillez, hasta que, sin hacer ruido, vuelvan a nosotros el amor y la añoranza de Cristo. Y entonces todo irá bien, porque la Gracia nos llenará, y nos regocijaremos. Otro misterio son los oficios litúrgicos; participemos con devoción en ellos, y la Gracia de Dios vendrá a nosotros en misterio.

(Traducido de: Ne vorbeşte părintele Porfirie – Viaţa şi cuvintele, Traducere din limba greacă de Ieromonah Evloghie Munteanu, Editura Egumeniţa, 2003,  p. 202)