De cómo el mundo actual convierte en pasión hasta las virtudes más puras
En los medios de comunicación masiva se cultiva un modelo de amor que es más una pasión que amor verdadero. El propósito de ese “amor” no es otro que recibir placer.
En el momento actual, es difícil que los jóvenes encuentren un modelo de amor auténtico. Ellos creen en los mitos sobre el amor que ven en las páginas de las revistas, en los diarios, en la pantalla del televisor. En los medios de comunicación masiva se cultiva un modelo de amor que es más una pasión que amor verdadero. El propósito de ese “amor” no es otro que recibir placer. La vida de familia es imaginada como una relación entre dos personas del sexo opuesto, en la cual cada una tiene que vivir una atracción pasional hacia la otra.
De algo lleno de santidad, el amor es rebajado al nivel de un producto de consumo. Desde todas partes se nos asegura que tenemos que “recibir” amor, “hacer” el amor; es decir, se nos da una orientación totalmente retorcida. Los jóvenes comienzan cometiendo grandes errores; muchos buscan ávidamente el placer. Y, para esto, su preocupación más grande es encontrar esa persona que sea capaz de proporcionarles el mayor placer posible.
(Traducido de: Dmitrii Semenik, Dragostea adevărată: taina dragostei înainte și după căsătorie, Traducere de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, 2012, pp. 32-33)