De cómo la Madre del Señor nos acerca a Dios
Muchas veces pensamos que somos pecadores y que no somos dignos de que Dios se ocupe de nosotros. ¡Mas Dios nunca nos abandona!
La Madre de Dios nos llama al Señor Jesucristo, nos llama a estar cerca de Él. El Señor es bondadoso con nosotros, quiere protegernos, del mismo modo en que la gallina extiende sus alas sobre sus polluelos. ¿Han visto cómo las gallinas recogen por la noche a sus polluelos a su alrededor, cómo los cubren y les dan calor con sus cuerpos? Tal como lo hace una mamá gallina, así actúa una madre verdadera y también así lo hace la Madre de Dios: ella nos lleva al Señor e intercede por nosotros, como en las Bodas de Caná de Galilea, cuando ya no tenían vino y el Señor convirtió el agua en vino (cf. Juan 2). ¿Por qué? Porque la Madre de Dios intercedió. Por supuesto que Dios nos ayuda, en primer lugar. Pero muchas veces pensamos que somos pecadores y que no somos dignos de que Dios se ocupe de nosotros. ¡Mas Dios nunca nos abandona!
(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Maica Domnului, Raiul de taină al Ortodoxiei, Editura Eikon, Cluj-Napoca, 2003, p. 36)