Palabras de espiritualidad

De la forma en que podemos practicar la oración

  • Foto: Stefan Cojocariu

    Foto: Stefan Cojocariu

Al principio, debido a la incapacidad de nuestra mente para retener textos largos, sencillamente podemos decir: “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí”.

Nuestros experimentados padres nos enseñaron que a veces debemos pronunciar todas las palabras de la oración, y otras veces, especialmente al principio, debido a la incapacidad de nuestra mente para retener textos largos, sencillamente podemos decir: “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí”.

Sin embargo, no es bueno cambiar una y otra vez las palabras que componen nuestra oración, porque esto podría convertirse en un mal hábito. Entonces, lo mejor es practicar la oración, algunas veces susurrando con la boca —para mantener la mente en su sitio y evitar que se distraiga con lo que nos rodea—, y otras veces con nuestra misma mente, en silencio. Ambas formas de oración son necesarias y provechosas.

(Traducido de: Gheronda Iosif VatopedinulDialoguri la Athos, Editura Doxologia, p. 94)