De nosotros depende acercarnos más a Dios
Entre nosotros y Él hemos alzado el muro del pecado. De este lado del muro estamos nosotros, quienes somos como trozos de cristal que se golpean una y otra vez contra la fría piedra de esa pared, rompiéndonos en más y más pedazos.
A veces, tenemos que luchar toda la vida contra nuestra costumbre de pecar. Estos tiempos tan amargos, que con gran tenacidad se empeñan en instarnos a no volver a lo que éramos antes, son justamente tiempos para fortalecer nuestra salud espiritual. Todo esto nos enseña con mayor claridad cuál es el camino a Dios.
Y no es Dios quien ha dejado de amarnos y quien no nos ve más. Somos nosotros quienes hemos dejado de amarle y de verle, porque entre nosotros y Él hemos alzado el muro del pecado. De este lado del muro estamos nosotros, quienes somos como trozos de cristal que se golpean una y otra vez contra la fría piedra de esa pared, rompiéndonos en más y más pedazos.
(Traducido de: Părintele Arsenie Boca ‒ mare îndrumător de suflete din secolul XX, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2002, p. 126)