Palabras de espiritualidad

Del vínculo eterno entre el amor verdadero y la humildad

  • Foto: Florentina Mardari

    Foto: Florentina Mardari

Luego de un momento de silencio, San Siluano agregó. “Lo único verdaderamente grande es la humildad, porque el orgullo impide que exista el amor”.

El padre Sofronio no tenía ni las fuerzas físicas ni el tiempo suficiente como para leer a los Santos Padres, aunque él mismo reconocía que hubiera querido hacerlo. Decía: “Me duele no tener ni el tiempo, ni las fuerzas necesarias para profundizar en esta teología”.  Por su parte, San Siluano le dijo, una vez: “¿Y esto te parece una cosa importante?”. Y el padre Sofronio contaba cómo se quedó avergonzado, cuando, luego de un momento de silencio, San Siluano agregó. “Lo único verdaderamente grande es la humildad, porque el orgullo impide que exista el amor”. El padre Sofronio decía que jamás puso en duda las palabras de San Siluano, ¡e imaginémonos qué autoridad tan maravillosa, dulce y poderosa era él! Yo mismo sentí que era la palabra final, el criterio último. ¿Por qué? Porque estamos hablando del amor, y la humildad es una de sus facetas, un elemento importante que es parte del amor.

El amor soberbio no es amor; el amor pasional no es amor. Solamente el amor humilde es amor verdadero. El padre Sofronio sentía que en estas palabras quedaba comprendida toda la historia de la Iglesia y la humanidad, y que en lo dicho por San Siluana cabía, de forma esencial, todo lo que podría haberle ofrecido la lectura de los Santos Padres, el estudio profundo de lo teológico y cualquier otra cosa más.

(Traducido de: Părintele Rafail Noica, în cadrul Colocviului „Întâlnirea cu Duhovnicul”)