¡Dios espera que vuelvas a Sus amorosos brazos!
A pesar de todas nuestras faltas, Dios no ha dejado ni uno sólo momento de cuidarnos, de alimentarnos y de guiar nuestra vida, esperando paciente a que, arrepentidos, volvamos corriendo a Él.
Observemos con nuestra mente la abundancia de los dones de Dios para con nosotros. ¿Cuántas veces no nos ha librado de amarguras físicas y espirituales? ¡Pero también cuántas veces hemos escuchado más al astuto, haciendo su voluntad e incumpliendo la de Dios! Él no nos ha abandonado ni nos ha entregado a la suciedad del maligno. A pesar de todas nuestras faltas, Dios no ha dejado ni uno sólo momento de cuidarnos, de alimentarnos y de guiar nuestra vida, esperando paciente a que, arrepentidos, volvamos corriendo a Él.
(Traducido de: Sfântul Teodor Studitul, Cuvântări duhovnicești, Editura Episcopiei Alba-Iulia, Alba-Iulia, 1994, p. 96)