Dios está en todo y fuera de todo
¿Qué puede imprimirse con más fuerza en nuestro corazón, al pensar en la obra de Dios, misma que puede ser vista, oída y palpada?
¿Qué puede imprimirse con más fuerza en nuestro corazón, al pensar en la obra de Dios, misma que puede ser vista, oída y palpada? He aquí lo que dice San Juan Casiano, en los primeros siglos del cristianismo: “Dios puede ser conocido por la grandeza y belleza de Sus criaturas, por Su orden y cuidados diarios, por Su justicia y todas las maravillas que manifiesta a cada pueblo a través de Sus santos. Porque cuando pensamos en Su infinito poder y en Su imperecedero ojo, que ve hasta lo más profundo de nuestros corazones y del que no puede esconderse nada, no nos queda más que admirarlo con nuestros corazones compungidos, y exaltarlo” (Filocalia, vol. I, p. 139).
(Traducido de: Înaltpreasfințitul Calinic Argatu, Episcop al Argeşului şi Muscelului, Veşnicia de zi cu zi, Editura Curtea Veche, Bucureşti, 2006, p. 7)