Dios te está protegiendo, cuando no se cumplen esas peticiones que podrían dañarte
No es posible, ni aunque te fuera beneficioso, que se cumpla todo lo que deseas. Muchas veces sucede que tu mente se halla en error, o tu deseo es algo viciado, o se trata tan sólo de tu egoísta voluntad. Y desde luego que el Sabio Dios sabe eso, aunque tú no lo notes. Por eso no permite que se cumplan todas tus peticiones. Déjate, entonces, en las manos de Dios, abandónate completamente a Su voluntad.
No sufras porque las cosas no siempre salen como tú quisieras. No es posible, ni aunque te fuera beneficioso, que se cumpla todo lo que deseas. Muchas veces sucede que tu mente se halla en error, o tu deseo es algo viciado, o se trata tan sólo de tu egoísta voluntad. Y desde luego que el Sabio Dios sabe eso, aunque tú no lo notes. Por eso no permite que se cumplan todas tus peticiones, para que tu alma no se dañe, porque es el tesoro más importante que posees. “'¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma?” (Mateo 16, 26).
Déjate, entonces, en las manos de Dios, abandónate completamente a Su voluntad. ¿Se ha cumplido lo que deseabas? Agradécele. ¿No se ha cumplido? Alábalo. Nada te es necesario, si Dios no te lo ha dado. Nada, fuera de una cosa: no te alejes de Él y de Su gracia. Por eso, “Dale al Señor tu preocupación y Él te cuidará. Él nunca permitirá que el justo caiga” (Salmo 54, 22).
(Traducido de: Sfântul Dimitrie al Rostovului, Abecedar duhovnicesc, Editura Egumenița, Galați, p. 74)