Dios y el mar
Hermosa es la mar para Dios, por distintos motivos.
Hermosa es la mar para Dios, por distintos motivos. Es hermosa, porque abraza completamente a las islas, otorgándoles, al mismo tiempo, belleza y seguridad.
Aún más, la mar acerca las tierras que se hallan distantes las unas de las otras, y crea, para quienes viajan sobre sus aguas, permanentes vínculos entre esas tierras.
Por medio de esos vínculos, la mar nos otorga el conocimiento de los hechos que no se conocen, a los comerciantes les ayuda a obtener ganancias y ayuda con facilidad a satisfacer las necesidades de la vida; a los ricos los ayuda a exportar los excedentes de sus productos, y a los necesitados los ayuda a cubrir sus carencias.
(Traducido de: Sfântul Vasile cel Mare, Omilii la Hexaemeron, Editura IBMBOR, Bucureşti, 1986, p. 118)