Educando bien a nuestros hijos, a pesar de tener una rutina exigente
Educar significa también organizar la vida del niño.
Mucho se habla de la importancia de educar correctamente a los hijos. Pero ¿cómo es posible lograr esto, si los padres tienen que trabajar todo el día y de noche vuelven extenuados a casa?
Educar significa también organizar la vida del niño. Es bueno que el pequeño tenga ciertas responsabilidades. Los padres deben procurar mantenerlo ocupado todo el día; si todos trabajan, también el niño debe hacerlo, a su manera. Lo más grave sucede cuando los padres trabajan todo el día fuera de casa, y el niño se queda solo, sin nada que hacer. Comienza a vagar, a perder el tiempo y a encontrar tentaciones a cada paso. Así las cosas, el medio más seguro para formar al niño es la misma vida espiritual de los padres.
Los padres deben auto-educarse permanentemente, observando el vínculo espiritual que tienen con sus hijos y entendiendo el daño que pueden provocarles a los pequeños con sus propios pecados. Si los padres se cuidan de pecar, estarán librando a sus hijos de tentaciones. En consecuencia, estarán protegiendo la misma pureza de sus propios hijos.
(Traducido de: Pr. Evgheni Șestun, Familia Ortodoxă, traducere din limba rusă de Lucia Ciornea, Editura Sophia, București, 2005, p. 17)