Palabras de espiritualidad

Educar a nuestros hijos es el arte más excelso

  • Foto: Stefan Cojocariu

    Foto: Stefan Cojocariu

La buena educación de los hijos, a partir de la edad más frágil es, por excelencia, tarea de la madre, quien así vigila el desarrollo de su carácter y su buen crecimiento, especialmente en lo referente a la salvación de sus almas.

La educación de los hijos representa una de las tareas más importantes de los padres. Especialmente de la madre, porque comparte mucho más tiempo con ellos, enseñándoles sus primeros pasos y palabras.

Es un hecho que la buena educación de los hijos, a partir de la edad más frágil es, por excelencia, tarea de la madre, quien así vigila el desarrollo de su carácter y su buen crecimiento, especialmente en lo referente a la salvación de sus almas. Es un trabajo insigne, un arte excelso, pues no hay nada más grande que ello. “No hay arte más grande que este. Porque, ¿qué puede asemejarse a cincelar el alma y moldear la mente del joven?”, se pregunta San Juan Crisóstomo.

(Traducido de: Atanasie I. SkarmoghianiMamele creștine ale Sfinților Trei Ierarhi, traducere de Pr. Victor Manolache, Editura Egumenița, Galați, 2012, pp. 135-136)