Palabras de espiritualidad

El alma lavada con las lágrimas de contrición es una tierra fértil de primavera

Lo mismo ocurre con el alma que ha sido lavada por las lágrimas de la contrición: pensamientos y sentimientos puros la visten de pies a cabeza.

Lavada y humedecida por el agua primaveral, la tierra comienza a cubrirse de verde y de flores; cada rinconcito suyo empieza adquirir un hermoso aspecto y es ya capaz de ofrecer refugio y provocar una agradable sensación a quien la contempla. Además, le ofrece sus frutos al caminante.

Lo mismo ocurre con el alma que ha sido lavada por las lágrimas de la contrición: pensamientos y sentimientos puros la visten de pies a cabeza; de estos, cual flores fragantes, nacen distintas promesas y actos llenos de belleza.

(Traducido de: Sfântul Inochentie al Odessei, Înţelepciunea dumnezeiască şi rosturile naturii, traducere de patriarhul Nicodim Munteanu, Editura Sophia, Bucureşti, 2012, pp. 43-44)