¿Cómo se forma y desarrolla en nosotros el amor a Dios, por medio de esta oración?

—Sin duda, el objetivo de la vida cristiana es la oración.

Quisiera retomar lo dicho sobre la devoción a la Madre del Señor, por medio de la oración repetida con el auxilio de las postraciones. Creo que, en la fe ortodoxa, este aspecto es mucho más equilibrado desde un punto de vista teológico, y es muy importante respetar ese equilibrio.

En relación con la virtud del amor, recuerdo ahora aquellas palabras del Evangelio según San Juan, en las cuales Cristo dice: “Si alguien me ama, guardará Mis palabras, y Mi Padre lo amará. Entonces vendremos a él para poner Nuestra morada en él” (Juan 14, 23). Los Santos Padres suelen enfatizar que este camino es, ante todo, el cumplimiento de los mandamientos de Cristo.

Y es entonces cuando observamos cómo se despiertan las pasiones en nuestro interior. Por eso, cuando practicamos la “Oración de Jesús”, a menudo irrumpen en nosotros toda clase de pensamientos de pecado, mismos que, normalmente, están como dormidos. Luego, el camino comienza con el arrepentimiento y con una fidelidad cada vez mayor al cumplimiento de los mandamientos de Dios, y entonces el amor se hará la revelación de la presencia de Su don en nosotros.

Aquel que empieza con la contrición, tiene muchísimas más oportunidades de alcanzar el amor verdadero. Por el contrario, el que empieza con el amor, carece de dicha experiencia y tiene todas las posibilidades de no llegar dmasiado lejos. San Juan Climaco nos habla de treinta peldaños, de los cuales el amor es el último, porque, de hecho, en el Señor, el amor es auténtico solamente cuando viene de Dios.

(Traducido de: Celălalt Noica – Mărturii ale monahului Rafail Noica însoțite de câteva cuvinte de folos ale Părintelui Symeon, ediția a IV-a, Editura Anastasia, 2004, pp. 164-165)