El amor de los santos, nuestro modelo de amor al prójimo
Los santos ven en la persona humana un misterio tan profundo y tan prodigioso, que intuyen en ella inmensas posibilidades de superación de cualquier estado de pecado.
¿Quién odia al pecado más que los santos? Y, con todo, los santos no ven los pecados de los demás. Y no los ven, no porque no quieran verlos, sino porque no pueden verlos, debido al gran amor que sienten por todos. Ellos ven en la persona humana un misterio tan profundo y tan prodigioso, que intuyen en ella inmensas posibilidades de superación de cualquier estado de pecado. Y estas posibilidades se actualizan solamente por medio del poder del amor.
Por eso es que San Isaac el Sirio dice que, gracias a su amor al prójimo, “el hombre siembra la virtud en él”. El amor reconoce lo que se le ha dado virtualmente al hombre: sus posibilidades únicas de transformación, y lo ayuda a hacerlas realidad.
(Traducido de: Ieromonahul Petroniu Tănase, Chemarea Sfintei Ortodoxii, Editura Bizantină, București, 2006, p. 86)