Palabras de espiritualidad

El amor a Dios y al prójimo

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

En donde termina tu capacidad de amar, también ahí termina la medida de tu amor a Dios.

Cada uno de nosotros tiene la capacidad de amar, porque así fue configurada la naturaleza humana, incluyendo esa característica. Cada persona ama de acuerdo a sus capacidades, en su esfera, por cuanto puede hacerlo y en correspondencia con las motivaciones que tiene para amar. Así, cada individuo ama, sólo que no ama siguiendo el mandato de Dios. ¿Cuál mandato? “Amarás a tu Señor Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con toda tu fuerza, y amarás a tu prójimo como a ti mismo”. ¿Cuál es la medida del amor a Dios? La medida del amor a Dios, me gustaría que lo recordaran, es amar sin medida. El amor a Dios no debe tener medida. Aunque, en realidad, existe un límite en el amor. ¿Cuál es el límite del amor? Tu propia capacidad de amar. En donde termina tu capacidad de amar, también ahí termina la medida de tu amor a Dios. Sin embargo, hablando en general, el amor a Dios no tiene medida, es un amor sin medida.

En lo que respecta al amor al prójimo, este tiene una medida, y es la medida de tu amor por ti mismo. En realidad, amados amigos, no sé ni quién es, ni en dónde vive ése que es capaz de amar a su semejante como a sí mismo. ¿Por qué? Porque en la mayoría de casos no nos orientamos de acuerdo al mandato de Dios, sino que manifestamos nuestro amor espontáneamente, como sentimos que viene. Hay uno que nos parece simpático, entonces lo amamos. Deja de sernos simpático, dejamos de amarle, lo evitamos, lo apartamos, nos olvidamos de su valor como persona. ¿Por qué? Porque no amamos de acuerdo al mandamiento. ¿Qué clase de amor tenemos, pues? Es un amor “casual”. El amor que sentimos, lo conformamos maquinalmente, sin pensar que Dios nos pide más de lo que hacemos. Si en verdad amamos siguiendo el mandato divino, tendríamos que hacer aún más.

(Traducido de: Arhim. Teofil Părăian, Bucuriile credinței, Editura Mitropoliei Olteniei, pp. 208-209)