El amor y los glaciares en las almas de los esposos
Estos se derretirán con el calor de su relación, y no con más hielo. Pero, atención, la primera palabra en esto la tiene la esposa, porque fue a ella a quien Dios otorgó el amor y el candor.
Los glaciares de la Antártida se derriten cuando crece la temperatura. Lo mismo sucede con los glaciares que los esposos llevan en el alma. Estos se derretirán con el calor de su relación, y no con más hielo. Pero, atención, la primera palabra en esto la tiene la esposa, porque fue a ella a quien Dios otorgó el amor y el candor.
Así, ella debe olvidarse de las quejas y empezar a hablarle a su esposo con indulgencia y suavidad (como le hablaría a su propio hijo), cuidándolo más, preparándole mejor comida, recibiéndolo con cariño y practicando otros gestos que le ayuden a calentar el corazón.
(Traducido de: Arhimandrit Vasilios Bacoianis, Căsătoria, Editura Tabor, Bucureşti, 2010, p. 93)