El compasivo es fuente de la Misericordia de Dios
La Misericordia de Dios, brotada en la misericordia del hombre hacia sus semejantes, se dirige también a él mismo.
El corazón del compasivo se halla tan unido a Dios, el Misericordioso, o de tal forma lleva en su interior a Dios, el Misericordioso, que siendo piadoso, Dios Mismo lo es por medio suyo y, pidiendo la Misericordia de Dios, ésta brota desde su mismo corazón.
La Misericordia de Dios, brotada en la misericordia del hombre hacia sus semejantes, se dirige también a él mismo. De su propia misericordia brota la Misericordia de Dios, tanto hacia los demás como hacia sí mismo.
Al contrario, quien no tiene la misericordia en su interior, tampoco tiene a Dios Misericordioso; luego, no tiene misericordia propia y tampoco tiene la de Dios. Tal persona vive en un estado de inclemencia e insensibilidad para con los demás, que al final le seca completamente por dentro.
(Traducido de: Părintele Dumitru Stăniloae, nota 98 la Sfântul Grigorie de Nyssa, Despre Fericiri, în „Părinți și Scriitori Bisericești”, vol. 29, Editura Institutului Biblic și de Misiune al Bisericii Ortodoxe Române, București, 1982, p. 373)