Palabras de espiritualidad

El control de la mente

    • Foto: Constantin Comici

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Haciendo esto, es posible que nos duela un poco el corazón, pero el consuelo de la Gracia no tardará en llegar.

Cada pensamiento entra en el corazón por medio de la imaginación, producto de determinados sentidos. Cuando no controlamos nuestra mente, esta se dispersa en espectros impíos y nos distraemos de nuestra oración. Si no la controlamos, no podremos hacer nada solos. Cuando por causa de la ira (turbación), los astutos demonios multipliquen en nuestro interior los pensamientos de pecado, a la fuerza y con perseverancia debemos acudir a la divina invocación, que destruye los espíritus malignos.

Este es el deber que nuestros teóforos Padres subrayaron: “Que el Nombre de Jesús se una a tu respiración, y entonces conocerás el propósito del sosiego (hesiquía)” y “lucha contra tus enemigos utilizando el Nombre de Jesús”.

Debemos esforzarnos en cuidar nuestros tesoros. En esto consiste cuidar de nuestra mente: en la incesante invocación de Nombre de Jesucristo y la liberación de todo cuidado terrenal del corazón y la mente. Haciendo esto, es posible que nos duela un poco el corazón, pero el consuelo de la Gracia no tardará en llegar.

(Traducido de: Gheronda Iosif Vatopedinul, Dialoguri la Athos, Editura Doxologia, p. 157)