Palabras de espiritualidad

El cristianismo es amor nacido desde el dolor

    • Foto: Bogdan Zamfirescu

      Foto: Bogdan Zamfirescu

A mí me parece que cualquier tribulación y cualquier dolor tienden a sobrepasar nuestras fuerzas. Entonces, lo único que podemos hacer es sufrir con el dolor de nuestro hermano, con el dolor de la humanidad entera.

El cristianismo es amor, pero también dolor. El cristianismo es amor nacido desde el dolor. ¿Y en qué consiste ese extraño mandamiento dejado por Cristo, si no en el dolor? ¿Qué significa, de hecho, amar a tu semejante? ¿Comprarle un sándwich? ¿Darle un poco de dinero? A veces, sí. Pero ¿qué sucede si la aflicción de tu semejante no puede ser aliviada con un sándwich o con algo de dinero, porque supera tus propias fuerzas? A mí me parece que cualquier tribulación y cualquier dolor tienden a sobrepasar nuestras fuerzas. Entonces, lo único que podemos hacer es sufrir con el dolor de nuestro hermano, con el dolor de la humanidad entera, si podemos…

El archimandrita Sofronio, en una carta dirigida a una mujer enferma que recientemente había perdido a su pequeño hijo, relata lo siguiente: «Un día, en compañía de San Siluano (el Athonita) observábamos, desde afuera de nuestra celda en el Santo Monte, una embarcación luchando contra la tormenta. La aterrorizada tripulación tenía que elegir entre permanecer en la nave, esperando que cesara la tempestad, o tratar de acercarse a la orilla. Ambas opciones eran igual de peligrosas. Entonces, uno de los monjes que estaba con nosotros suspiró, y dijo: “¡Qué dolor hay en mi alma por ellos!”. San Siluano le respondió: “Si tu alma se ha compadecido de ellos, se salvarán”. Y, en verdad, todas aquellas personas llegaron sanas y salvas a la orilla. Del mismo modo, creo que la enfermedad que padeces desaparecerá, porque mi alma siente dolor por ti».

(Traducido de: Ieromonahul Savatie Baştovoi, Dragostea care ne sminteşte, Editura Marineasa, Timişoara, 2003, pp. 6-7)