El cuidado de Dios para con nosotros
La Providencia es la voluntad de Dios, en virtud de la cual todo lo que existe es conducido adecuadamente.
La Providencia es el cuidado de Dios para con toda existencia. Y, nuevamente: la Providencia es la voluntad de Dios, en virtud de la cual todo lo que existe es conducido adecuadamente. [...]
Y el hecho que Dios cuida de todo y lo hace bien, es posible confirmarlo con la siguiente argumentación. Sólo Dios es bueno y sabio por sí mismo. Así pues, ya que es bueno, nos cuida, porque el que no cuida es que no es bueno. Luego, ya que es sabio también, cuida la existencia de la mejor manera.
Algunos aspectos de Su Providencia son intencionados, mientas que otros provienen de Su consentimiento. Intencionadamente, lo que sin discusión es bueno y necesario. Con su aquiescencia, en distintas formas, porque muchas veces permite que el justo caiga en la desgracia, para demostrarles a los demás la virtud oculta en él, como pasó con Job.
(Traducido de: Sfântul Ioan Damaschin, Dogmatica, Ed. Scripta, Bucureşti, 1993, pp. 89-90)