El elogio como estímulo
Tanto en el caso del elogio como en el de la indulgencia, los santos no buscaban sino un sólo propósito: el amor, ese “no entristecer al otro”, para ganárselo para Cristo.
El elogio, para el principante, es como un estímulo. Especialmente los santos, debido a que reñían en muy pocas ocasiones, solían recurrir al elogio, justamente para que el discípulo entendiera que los actos por los que no era elogiado no eran tan buenos como los que sí le eran ponderados.
Tanto en el caso del elogio como en el de la indulgencia, los santos no buscaban sino un sólo propósito: el amor, ese “no entristecer al otro”, para ganárselo para Cristo.
(Traducido de: Ierodiacon Savatie Baștovoi, În căutarea aproapelui pierdut, Editura Marineasa, Timișoara, 2002, p. 61)