El hombre no quiere ser libre
Se esfuerza en hacerse libre, pero no para implicarse realmente con Dios, sino solamente para sobrevivir, no para vivir plenamente el cielo. ¡Tan profundas son las heridas causadas por el pecado en el hombre!
El hombre vive esclavizado. Y ese sometimiento depende de su voluntad, porque es él quien no quiere liberarse. Incluso cuando llora, cuando protesta contra su pecado y cuando se confiesa, se esfuerza en hacerse libre, pero no para implicarse realmente con Dios, sino solamente para sobrevivir, no para vivir plenamente el cielo. ¡Tan profundas son las heridas causadas por el pecado en el hombre! De una forma u otra, “no hay cómo sanar su cuerpo" (Salmos 37, 4). “Su cuerpo” es su naturaleza, su cuerpo y su alma. La sanación ya no es posible, porque no existe ese deseo legítimo de librarse de las pasiones y del pecado. El hombre peca porque así lo quiere.
(Traducido de: Arhimandrit Emilianos Simonopetritul, Avva Isaia, cuvinte ascetice, Editura Sfântul Nectarie, p. 205)