El lirio de un santo
Ante tal hallazgo, sintió una gran alegría en el corazón, porque entendió que se trataba de una bendición del sepulcro del padre Paisos.
Una señora de Chipre vino a orar a la tumba del padre Paisos. Cuando se estaba arrodillando para besar la cruz del sepulcro, perdió levemente el equilibrio y, para no caerse, puso las manos en el suelo. Cuando llegó al hotel, notó que tenía el codo lleno de tierra. Ante tal hallazgo, sintió una gran alegría en el corazón, porque entendió que esa tierra era una bendición del sepulcro del padre Paisos. Se la quitó cuidadosamente y la puso en una pequeña caja de cartón. Después se fue a dormir. Al día siguiente, cuando se levantó, vio que de aquella tierra había brotado un hermoso lirio. ¿Quién lo pudo haber sembrado y regado para que creciera tan pronto?
Fuente: marturieathonita.ro